Sobre...

Sobre el blog

Sukarracómic es otro webcómic típicamente atípico con altos niveles de absurdidad, deshumor e irritación.

Sobre el autor

Aficionado a pintamonas. En el mundo real soy otra cosa mucho más aburrida (en realidad no lo es para mí, pero si lo explicara, se vería así, aburrida). Dibujar es un hobby que empecé ya bastante tarde, pero oye, me gustó y me he quedado. Hago esto en mis ratos libres, normalmente entre las diez y pico de la noche y la una de la mañana, horas en las que ya estoy cansado de una larga jornada haciendo otras cosas más aburridas y/o socializando con mi familia (que no es para nada aburrida y que también sale a veces por aquí) o con otros seres (normalmente personas). Lo del cansancio solo lo cuento para excusar un poco el deshumor, absurdidad e irritación que rebosan y caen lentamente por las paredes laterales de tu pantalla, pringando todo lo que tocan (limpia un poco al salir). A veces me duermo en los laureles y tardo un poco más en publicar, pero como el boomerang, siempre vuelvo. A través de estas viñetas expreso una gran cantidad de disparatada sinrazón, sin más intención que compartirla contigo, estimad@ lector@, y no implosionar por guardármelo dentro, así que puede que todo esto no sea más que un acto de puro y egocéntrico egoísmo. Nadie te obliga a nada, pero oye, que si dejas un comentario, soy un poco más feliz.



 

Sobre el origen de Sukarracómic

Como ya hablé de esto en las entradas 159 y 200, no he hecho más que copiarlas aquí. Chin pum.

Para explicar esto debo remontarme al lejano año 2007, una época perchera en la que yo corría ágil, joven y gallardo cual marsupial ágil, joven y gallardo. Por aquél entonces, mi tiempo libre lo ocupaba regocijándome en la holganza y la gandulería, así como en otras diligencias semejantes sin mayor porvenir. Eran buenos tiempos de alborotos comedidos, sobrias grandilocuencias y luces en lontananza.


Como todo el mundo sabe por Pratchett, las partículas de inspiración entran constantemente en el universo, atraviesan la materia más densa y, de vez en cuando, alcanzan un objetivo cerebral total, definitiva y drásticamente erróneo, como cuando la idea de un generador gravitacional de electricidad alcanzó la mente de una oruga de la col, que quedó muy desconcertada durante un lapso de tiempo lo suficientemente largo como para terminar en el buche de un mirlo (donde siguió resolviendo las ecuaciones durante la digestión, del mirlo). Esta vez, bien por azar, fortuna o serendipia, una de estas partículas colisionó violentamente con la mente apropiada.

Así pues, nació Sukarra Nimiedades (precursor de Sukarracomic), un Blog en mayúscula donde un grupo de amigos publicábamos nuestras más gloriosas, florichungas y rimbombantes... mierdas. A veces interesantes, didácticas y constructivas; otras aburridas o indescifrables; pero siempre truños como puños. Y no me malentendáis, pues me refiero a la definición buena de boñiga, por supuesto, es decir, de esas que agarrarías con la mano y te quedarías mirando un largo rato observando todos sus rasgos y grietas, justo antes de oler profundamente, apretar la mano sin vacilar, y guardarla en el bolsillo del pantalón mientras se asiente con cara interesante y mirada al infinito. Y justo en ese preciso instante, mientras tu mente divaga entre los entresijos del conocimiento, una pequeña lagrimilla se desprende mejilla abajo porqué el lagrimal se le ha quedado pequeño y sueña con viajar y ver mundo. Ese sueño es Sukarra Nimiedades.


Y bien, en cualquier caso, decir que a partir de entonces nuestros teclados quedaban desgastados por unos incesantes dedos que martilleaban su estructura hasta hacer saltar chiribitas como las del sílex picando marcasita sería más bien mentir como un bellaco. Lo nuestro era más bien de ir haciendo poquito a poquito, como si fuéramos placas tectónicas fabricando nuevos continentes, que con mover el tema unos milímetros al año ya se quedan más satisfechas que el mirlo con la oruga de la col. Y así, pasito a pasito, con un poquito de aquí y un poquito de allá, de esto, de aquello y de otras mierdas, fuimos dando forma (sin sentido, pero forma, ¿o sería desforma?) al blog, perdón, al Blog, pues bien por intereses, por area de conocimiento, o simplemente por joder, acabó siendo un cada loco con su tema.


Repasando aquellas entradas mientras escribo este artículo encuentro pequeñas perlas y genialidades que ya no recordaba. Sin ir más lejos, esta entrada sobre las frecuencias de la música (que por leerla te convalidan medio curso de física nuclear), o ésta otra sobre constelaciones (un poco de mitología para conocer mejor a Los Caballeros del Zodíaco). Y así, muchas más. ¡Incluso hay hilos de comentarios que son mejores que las propias entradas! (qué envidia, por cierto, ¡comentarios!). Mi corazoncito de hojalata se pliega especialmente al releer con nostalgia el relato de mi periplo y estancia en la Antártida (probablemente, mi mejor aportación). En fin, pasen y vean. Con todo, aún quedarían unos años para la aparición de Sukarracomic y puedo adelantar que su nacimiento provocó un seísmo en el mundo Sukarra (el nuestro, no el de la banda heavy), pero eso ya es harina de otro costal, así que lo dejaremos para otro día.

Pues eso, habíamos creado un blog, perdón, eeeeel Blog, y las cosas iban viento en popa a toda vela. Acaudalados ríos de tinta (digital) nutrían los textos de elocuentes entradas que, ya publicadas, eran devoradas por ávid@s y hambrient@s lector@s (nosotros mismos mayormente). Así que, durante algunos años el Blog brilló con luz propia, era nuestra hoguera nocturna, nuestra luz al final del túnel, nuestro faro de Alejandría, y a él acudíamos con nuestros errantes vuelos de polillas deslumbradas. Y, en medio de esa vorágine de creatividad e imaginación, se colaban, tímidamente, algunas de mis inquietudes, reflexiones o curiosidades. Eso sí, siempre en formato prosa porque lo que es dibujar, no dibujaba ni con el seis y el cuatro. 

Pues mira Váter, te explico. Tras unos primeros años dorados (o al menos chapados), un yermo páramo empezó a asomar donde otrora todo eran bíblicos jardines. Estamos a finales del 2011 (nuestro quinto año como blogueros), y el número de publicaciones cae en picado, así que, para mitigar esta pronta decadencia, me propongo empezar el 2012 con diez entradas del tirón. Un reto hercúleo para mi músculo de pensar, por lo general, bohemio y soñador, pero muy desavenido a ejercitarse de esta forma. 

 

Y es que, en realidad, nunca he tenido muchas cosas a explicar (así en general, gracias a esta masa gelatinosa de aquí arriba, no retengo la información el tiempo suficiente como para crear una opinión), con lo que hablar de diez cuestiones diferentes en tan poco tiempo era un temilla que se me iba haciendo cuesta arriba. Ya en los aledaños de la locura decidí, por probar, que una de las entradas sería aquello que tanto me gustaba leer, una Tira Cómica. El resultado fue éste, todo muy cutre y eso (hasta el chiste; de hecho, si lo pienso, sobre todo el chiste), pero bien, al fin y al cabo, un primer peldaño.


Pues si, tras el éxito de la primera (éxito en el sentido de que la empecé y la acabé), vino una segunda tira. Y ahí ya empecé a darme cuenta que eso de dibujar molaba mucho más que escribir, pues me permitía desarrollar todo el deshumor que llevaba dentro y elevarlo a la máxima expresión (puede ser que no lo veáis así, es normal, siempre he pensado que llegué demasiado pronto y aun no estabais preparados para esto). Y me vine arriba. Me vine arriba y se me ocurrió la brillante idea de proponer al grupo la apertura de un blog paralelo pero de tiras cómicas (lo que vendría siendo un webcómic, vamos). En qué momento se me ocurriría a mi comentarlo con ellos...

Así que, un poco a trompicones y con algún hater de más y de menos, nació finalmente Sukarra-Cómic, como esclavo siervo subyugado tiranizado hijo de Sukarra-Nimiedades. Fue, además, un inicio muy experimental, pues ni sabía dibujar, ni tenía experiencia previa, ni muchas otras cosas necesarias para hacerlo bien, pero oye, que donde no llega el talento, llega la obstinación. Y las ganas. No en vano llegué a la tira número 100 (eso sí, con la ayuda de Baterpruf, que hizo algunas de las primeras tiras), mereciendo en la mayoría de sus predecesoras pasarme el resto de la eternidad en el peor de los infiernos (no, si ya hablo como Váter). A veces las repaso y me dan un poco de grimilla ajena (cambiando "poco" por "mucho" y "ajena" por "propia", claro). Pero fueron un buen entreno para que esta segunda centena fuera, bueno, ya tal. Hoy, finalmente, llegamos a la tira 200. Un número nada espectacular, considerando el tiempo que lleva en marcha todo este follón. Pero estoy contento de haber llegado. Porqué este blog no es muchas cosas, pero sí es importante para mí. Y las pequeñas metas las celebro con pasión comedida (por ejemplo, dando la tabarra con bombo, platillo y fanfarria). 

Y bueno, más o menos, el origen de Sukarracómic fue un poco así, aunque ha pasado mucho tiempo y puede ser que todo pasara de manera diferente, que lo que haya expuesto aquí solo exista dentro de mi mente (como ya he comentado anteriormente, retener hechos no es mi fuerte). En cualquier caso, contra viento y marea, el webcómic ha ido tirando pa'lante. Desde entonces, no han sido pocas las veces que he pensado que tantas horas dedicadas a este menester quizás sean, al fin y al cabo, una pérdida de tiempo (algún bajón que otro es aceptable). Pero entonces pasan cosas maravillosas, como lo de la tira anterior (ellos no se dan ni cuenta cuando hablan del webcómic, pero yo me emociono), o como hoy en la pelu, cuando una peluquera me ha dicho que seguía las tiras. ¡No lo había visto venir y me ha encantado! Así que, sobre todo, gracias a ti por leer, y, si cabe, por interactuar de la manera que sea. ¡La verdad es que así, mola mucho más!

Sobre los personajes


El encanto de los personajes de Sukarra Cómic radica precisamente en su total y absoluta carencia de variedad, riqueza e imaginación. Son, en su mayoría, alter egos de personas del MundoRealTM o de ficción.

La idea inicial era que cada personaje viviera inmerso en su propio mundo ajeno al hacer y deshacer del resto, aunque al final ha sido inevitable que todos entremezclaran sus caminos, rasgando así el continuo espacio-tiempo, la coherencia y el sentido común, y generando situaciones que suelen acabar mal o muy mal.


Darth Váter

Darth Váter es a Sukarra Cómic lo que Julio César a Astérix, Lex Luthor a Superman, el profesor Moriarty a Sherlock Holmes, Gargamel a los Pitufos, el Dr. Gang a Inspector Gadget, el Dr. Heinz Doofenshmirtz a Perry el Ornitorrinco, Lord Voldemort a Harry Potter, el Grinch a Papá Noel,... bueno, ya me entendéis. Un villano por excelencia, inconforme, manipulador, extorsionador y crítico de todo en general. Eso sí, cuando no está, se le echa de menos. Tiene el honor, esto, perdón, tenemos el honor de poder disfrutarlo en su magistral Opera Prima, la tira que abre el blog de Sukarra Cómic, y, aparentemente, es de los personajes que más ha evolucionado a lo largo de los años. Si es que hasta lo hemos visto crecer, snif.



Légolan y Gili

Inseparables, a la par que despistados, siempre están dispuestos a librarnos del mal a cambio de unas jarras de cerveza. Bueno, siempre siempre, no, solo si el "librarnos del mal" no incluye hacerse daño ni se haga por la mañana, que lo primero es salir de fiesta, oye. Destacan por su incapacidad de orientación llevada a la máxima expresión -tal es su destreza, que suelen llegar a su destino por haberse perdido en todos los demás sitios- e inhabilidad para conducir -¿o cómo crees que se llama a la acción de ir a lomos de un dragón? Pues eso, conducir-. Su mayor pasión, las orcos, a saber.



Los Eñeautas


Los Eñeautas constituyen el equipo de exploración espacial dentro de la Agencia Espacial Aquella, institución de carácter público y, en consecuencia, derrochadora de los fondos guvernamentales en proyectos mayoritariamente de poca utilidad. Intrépidos, osados y completamente irreflexivos, siguen vivos por divina providencia, pues la seguridad laboral no se estila en la organización. Y eso no es así por dejadez, no, sino para mantener la motivación de sus integrantes como el primer día. Si te duermes, palmas (literalmente). Lo que no haga la Agencia por sus trabajadores...
A diferencia de las demás historias, estas tiras son secuenciales y empezaron aquí.




El Profesor 


El profesor es un hombre dedicado a la ciencia que exprime, presiona y engaña a sus subordinados por un bien mayor. Dirige los proyectos tecnológicos de la Agencia Espacial Aquella y, cuando estos han escaseado, ha barrido, limpiado y fregado la Agencia como el que más. Su objetivo, que su nombre quede escrito en los anales de la historia y, dada su edad, podemos confirmar que es un objetivo a corto plazo. Así que, ¿qué mejor que enviar a los Eñeautas donde nadie haya estado antes? Conseguir que vuelvan ya son pormenores a resolver cuando toque.



Los Insensatos

Los Insensatos son tiras cuyos protagonistas son gente real (se pueden ver, tocar, esas cosas) que, sin ningún tipo de coacción (lo que reduce el número de motivos a uno: insensatez), han decidido salir en el webcómic. Y oye, ¿quién soy yo para privar a nadie de tal deseo autodestructivo? La idea original me vino después que Carlos insistiera insistentemente en salir como personaje del blog, con lo que él mismo abrió este hilo. He de admitir, no obstante, que en ningún caso los protagonistas son culpables de sus chistes. Ese mérito recae exclusivamente sobre mí (me obligan a dejar por escrito que "quedan excluidos de cualquier cargo de amenaza o afección a la salud pública").




Sobre los Palabros

Escribano
A lo largo de las viñetas aparecen diversos vocablos que no se encuentran en el diccionario de la Real Academia, y es que, dada mi total ineptitud para encontrar palabras más adecuadas en tan rica lengua, me las invento. No es que me pare a pensar mucho, la verdad, las pongo tal y como me vienen cual avezado en literatura. Según Váter, soy merecedor del más duro de los castigos, pero espero que os basten más que unas meras y sencillas disculpas por tan inconveniente agravio.

Para suavizar la tragedia, enumero y describo a continuación las palabras inventadas con el enlace a la tira donde aparecen, si es que lo hay. Con esto, proporciono, adicionalemente, una fuente fidedigna para que los señores de la Real Academia puedan actualizar su ya de por sí extenso diccionario con un simple copy y paste. No me lo agradezcan, enlacen el blog o compren una taza. Y ahora, los palabros:


Deshumor: Dícese (aunque ya no se lleva, empezar así le da un aire de palabra culta, como modelada a lo largo de los siglos y usada en ancestrales textos que solo sirven para torturar a jóvenes estudiantes de literatura en el colegio) del humor del revés, incoherente, inapropiado, innecesario y completamente absurdo. Se encuentra difuminado a lo largo y ancho del blog, por lo que su desincrustración por cirugía sin muerte cerebral es, prácticamente, imposible.

Eñeauta: Astronautas en América, cosmonautas en Rúsia, taikonautas en China, y aquí, que a la mínima le ponemos la 'ñ' a todo, pues eñeautas. Así de primeras suena como a palabra forzada, como si necesitaras de una palanca en la boca para poder acabar de pronunciarla, pero por algún motivo, cuanto más la oyes, más te entra. Este vocablo aparece por primera vez en la segunda tira de la Agencia Espacial Aquella.

Epiprólogo: Si un epílogo hace referencia a los hechos producidos después del desenlace, y, por otro lado, un prólogo se sitúa al inicio de una obra, un epiprólogo relata hechos anteriores al inicio de la obra después del desenlace. Es como decir primabuela en literatura. Completamente necesario en el desenlace de En Tierra Perdida.

Holas: Apertura en un una conversación de coro formada por tres o más individuos. Se diferencia del homónimo singular en que todo el mundo presente reconoce que como mínimo más de una persona puede darse por saludada, evitando así disputas y/o malinterpretaciones. Aparece por primera vez en esta tira de la Agencia Espacial Aquella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario